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Foto del escritorArlen T.

🧪 ¡Productor! No bebas de este veneno

Detrás de cada logro que veas que alguien publica en redes sociales, detrás de cada objetivo cumplido, se encuentran miles de fracasos, desiluciones, caídas...



Es fácil sentarte tras tu ordenador o móvil, escrolear por instagram y pensar "qué fácil la tienen algunos" cuando te aparece el video de un pana productor que acaba de montar su estudio musical, o tu youtuber favorito mostrándote algún producto que le ha mandando una marca famosa para que promocione.


Es una sensación de la cual todos hemos sido cómplices en algún momento, y seguiremos siendo.


Somos humanos, y cuando sentimos que supuestamente todos lo demás parecen avanzar y nosotros nos encontramos estancados... no te voy a mentir... duele, causa celos, y en casos patológicos, hasta envidia.


No necesariamente porque seamos malas personas (que algunos sí xD) pero en la mayoría de casos simplemente se despierta algo muy primitivo en nosotros: el instinto de supervivencia. Nuestra seguridad parece amenazada y reaccionamos en consecuencia como mejor podemos.


No es que deseamos el fracaso del otro, lo que queremos es no quedarnos nosotros atrás.


Queremos sentirnos parte importante del grupo, queremos que la manada nos reconozca como una pieza útil, que aportamos en la comunidad, de lo contrario significaría el aislamiento, y para nuestros ancestros primitivos, ser excluido de la manada podía significar la muerte (recordemos que esta gente vivía en selvas y bosques llenos de depredadores peligrosos)


No hemos cambiado demasiado en estos millones de años de evolución.


Ese instinto de supervivencia es el que se activa en nosotros cuando vemos que alguien consigue algo y nuestra vida parece un caos.


Curiosamente si alguien logra algo, pero tu también estás triunfando en la vida, ese sentimiendo de celos suele disminuir, y hasta te alegras por el otro y le celebras.


Sea la razón que fuere no es una sensación agradable, y si uno no se autoanaliza y trata de ver las cosas con la dimensión correcta puede dar paso a cosas peores:


El victimismo: pensar que siempre te ocurre todo lo malo a ti y todos los otros viven ensueños paradisíacos. Entonces andas justificando cada uno de tus errores y echando culpa a todos de tus desgracias menos a tus propias decisiones.


El cinismo: adoptar una visión de desconfianza ante los motivos de los demás. Lo que te deja sin amigos verdaderos ni aliados. Para ti todos son lobos y si están triunfando es porque algo malo hicieron para conseguir eso.


Baja autoestima: piensas que no sirves de nada y hasta terminas desechando tus sueños porque no te crees capaz de cumplirlos.


Podemos durar horas enumerando actitudes negativas que se desprenden de dejar que los celos se salgan de control, pero lo importante aquí es darnos cuenta cuando estemos cayendo por esa espiral de pensamiento tóxicos que no nos llevan a nada.


Podemos hacer otra cosa... utilizar esos celos primitivos y transformarlos en un motor de impulso para animarnos a ser más productivos, más competitivos (en el buen sentido) tomarlo como un deporte, una competencia justa... pero no con el otro... CON NOSOTROS MISMOS.


Combatir con las distracciones, con la falta de sentido, con nuestros propios temores, con nuestro poco compromiso, poca disciplina, complejos de inferioridad, síndrome del impostor, vagancia ... con la parte oscura que cada uno lleva dentro. Esas son las verdaderas razones por las que no progresamos como queremos.


Y la próxima vez que veamos a un amigo comprarse un nuevo micrófono o ganarse un concurso de beats, digamos "ahí quiero llegar yo un día" en vez del "qué fácil la tienen algunos"







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